sábado, 19 de julio de 2014

Intento en blanco

La pasión del encuentro entre la hoja y el lápiz, fruto del desesperado encuentro entre la soledad y la angustia.

Tierra maldita teñida de blanco despertar, absorbe con placer las extrañas siluetas sombreadas de unas notas discordes que señalan un camino que se antoja sin final, deleitando al amanecer con sus sentidos lamentos, desprendidos de toda ilusión, porque ya no queda aire en el mundo para relatar su desesperación apopléjica, detenida en un tiempo que no sabe continuar, atrapada en un cruce de vientos que la quieren desmembrar.
El lápiz repasa los sabores de la melancolía y se mece en la pútrida conciencia maldita que lo lleva de letra en letra, arrastrando a su paso cada palabra, golpeada por un destino separador que lo ahoga entre despedidas nocturnas día tras día, partiendo el alma de carbono que una noche soñó con ser diamante y ahora muere diluida en un infinito mar de historias pernoctadas.
La hoja observa la muerte lentamente anunciada del utensilio orador que orada su virginidad y disfruta con la pérdida de su tesoro, sabiendo que su paso de niña a mujer puede ser más que una etapa, puede darle la vida eterna, portando con orgullo el epitafio de un lápiz que describió un amor separado por un mar de tinta y arena.

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