miércoles, 9 de julio de 2014

Poco a poco

Nunca se perderá la esperanza mientras exista tiempo para volver a recuperarla.

Aunque las horas cesaron tiempo atrás, parece que la esperanza ha recuperado su momento y el infinito ha vuelto a conquistar su ilusión. Nunca cesando en su constancia, la pluma detenida a la sombra de un quinqué ciego desde un ayer que no recuerda ya su calor, tal vez con la noche y sus tinturas, con el apagado espíritu de aquellas farolas que refulgieron con tenebrosas caricias sobre la gris lápida, antojada suelo intangible de una inalcanzable ciudad que creía dormir, pudo descansar de haber soñado y recobra en este hoy el latido creativo, el sensible encanto de un renacer dulce y pensado, acoplando las sensaciones a las palabras, reteniendo en la punta del pensamiento la sencillez abrupta que tanto he rebuscado, recogiendo en la palma de mis bolsillos todas las deliciosas voluntades sugeridas en los besos y en los ojos, cuando miran con el abierto silencio que todo lo dice, y arrancando un estallido de texturas sobre la blanca inmaculada eternidad que ya se vuelve pequeña, a fuego lento, y se llena de los colores y los sabores que vuelvo a intentar expresar.

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