miércoles, 20 de agosto de 2014

Carta de apoyo a La Voz de Asturias.

Todo debe tener un sentido, literal o literario, para que la escasez de recursos mostrados y mostrables tengan la razón suficiente como para vencer sin convencer. NO CERRÉIS LA VOZ.
Palabras que son ideas que son emociones que son sentimientos que son vidas que son verdades y son mentiras. Palabras que han movido mundos enteros y que han de seguir moviendo. Palabras que son tristes mensajes de fracaso y de expectativas truncadas.
Son sólo eso, palabras que han de quedar mudas, palabras que no hablarán más, palabras que recordaremos en silencio bajo el grito desgarrado de una crisis existencial en la que los números vuelven a ganar la mano y la emplean para destruir una Voz.
De nada ha de servir nuestro clamor por lo que ha de venir, nuestro apoyo a quienes lo han de sufrir o nuestra repulsa ante semejante desvarío desproporcionado en el que la insostenibilidad de un medio pasa por la guillotina a todos aquellos que han estado soportando sobre sus hombros la despótica deshumanización de algo que dejó, tiempo atrás, de ser un tesoro de información para los ciudadanos y pasó a convertirse en un modo de atesoramiento de un grupo que, ante las primeras incertidumbres económicas, opta por la salida más cercana.
Quizás sea este el momento de pensar egoístamente, tal vez el "sálvese quien pueda" sea la forma efectiva de tomar decisiones difíciles, pero, sinceramente, creo que la situación a la que deben enfrentarse cientos de personas por causa del despido es más injusta que la incapacidad de unos pocos de aumentar aun más sus acaudalados bolsillos.
Que no silencien vuestros latidos y que la tinta siga fluyendo por los ríos de nuestra región.

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