Calidecer de aromas
escondidos,
esencialmente
despiertos en tu regazo,
acunando los templados nervios
y sueños,
quedan tantos por cumplir,
temidos en su destino arrastran
la pasión que se hace firme
y que se agolpa,
perfectamente acompasados
me llevas de la mano hacia el camino
y cruzas mis sentidos con los dedos.
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