entre la verdad dicha,
la burla de un destino que no muere
y siempre acaba en mi camino.
Una mirada y,
la fugaz sal que comprime,
la fugaz sal que comprime,
cristal líquido y reproches,
desgarra y mata.
Una caricia y,
la pasión y el sentido
la pasión y el sentido
que entre los dedos se pierde,
un roce que no abrasa.
Ya ni los silencios se callan,
ni las miradas
se reúnen en futuros intangibles,
ni las manos se abrazan
al pasado,
ni nada.
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