domingo, 26 de octubre de 2014

La vergüenza

Me acerco y anoto sus nombres en una libreta.
La fría habitación está llena de los cadáveres de un accidente, causado por un conductor borracho que se estrelló contra un autobús.
Busco al culpable para los sucesos del diario local en un mar de pies, hasta que doy con un nombre que me arranca el lápiz de la mano. Tembloroso, recojo el lápiz y me incorporo y miro la sábana bajo la que se oculta el rostro de la vergüenza.
Me acerco y retiro el sudario. Alguien me está mirando desde arriba, anotando mi nombre en una libreta.

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