mi vida en tu retina y dejar
que la imaginación nazca de nuevo;
he de poner el sol
de nuestra parte
y voltear el cielo hasta que llore
estrellas en la noche;
he de soltar
la brisa del oeste
para traer susurros de otros mares
y besos emigrantes.
Hoy he de hacer
todo eso y lo que falte
y, aún así,
sabedor de la distancia que ya existe,
lo haré
mientras la muerte no me alcance.
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