jueves, 9 de abril de 2015

El beso

Mi secreto,
sin querer ser un beso,
se convirtió en silencio
y, viviendo sin existir,
llegó a tu encuentro,
harta ya tu sed de otros lamentos,
tomó mi canto
y lo hizo eterno.
Tu suspiro,
sin querer hacer daño,
se hizo espina
y, muriendo sin razón,
llegó a mi miedo,
pleno mi destino de otro incierto,
tomé tu voz
y le di vida.
Nuestro momento,
sin querer ser un segundo,
se hizo inmenso,
y, soñando sin dormir
nos llevó al lecho,
hartos ya los dos de tanto duelo,
tomamos el calor
e hicimos ..."eso".

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