jueves, 9 de abril de 2015

Epílogo

Llevo tus labios
encerrados en mi alma
para besarte
en cada palabra.
Llevo tu risa
enterrada en mis pupilas
secando llanto
y curando heridas.
Llevo tu sombra,
marcada a fuego y hielo,
para saciar mi hambre
y calmar mi anhelo.
Llevo tu mano
tatuándome la piel
desde la frente
hasta los pies.
Te llevo dentro
ya nueve meses,
desde aquel día,
el de tu muerte.

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